jueves, 3 de enero de 2019

Nudos en la cabeza y grietas en el corazón

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Un 2018 se ha ido y a finales de ese año comenzaron a pasar algunas cosas en mi vida, algunos de mis amigos y amigos virtuales se llegaron a preocupar y además se tomaron el tiempo de enviarme un mensaje para saber si me encontraba bien, lo cual les agradezco infinitamente ya que en efecto estaba comenzando a deprimirme, y hablaré de ello por única vez.

El mes de diciembre lo terminé un poco bajoneado, comenzó con unos cambios drásticos en mi vida, en las cuestiones laborales y personales, la cuestión laboral fue la que desencadenó una serie de hechos que sin duda le darían un giro muy grande.

Quienes me conocen saben que amo realmente mi trabajo y en el mes de diciembre me asignaron a un proyecto en el cual no estaba a gusto, en el cual por primera vez me costaba levantarme cada día para ir a la oficina, no encontraba motivación alguna para ir, al cual "renuncié" pero los jefes me pidieron que les diera tiempo y que ellos me sacarían de ahí, lo cual a mí me hizo sentir bien el saber que mis jefes realmente me valoraban a mi y a mí trabajo.

Todo ese tema del trabajo me hizo comenzar a cuestionarme otras cosas ya que como les comentaba, comenzaba a deprimirme y pareciera que cuando uno está deprimido todo pesa un poco más, y eso fue lo que me llevo a tomar la decisión de alejarme de una persona a la cual quiero, admiro y respeto mucho, una persona que conocí en diciembre del 2017, fue una persona que cuando la conocí no me imaginé lo que me llegaría a hacer sentir, formamos una amistad muy padre, momentos divertidos, algunos gustos en común y éramos de mundos muy diferentes, lo cual a mí me gustaba porque me permitía aprender mucho de cosas que desconocía, sin embargo con el paso del tiempo y sin darme cuenta, me fui enamorando de el,lo cual le informé y pues no fui correspondido, intenté seguir frecuentándonos como si nada hubiera pasado pero no pude, su sonrisa, su mirada, su sentido del humor, su pasión por su trabajo, su determinación para hacer las cosas, su mágica personalidad me lo impedía.

Porque el pensamiento del por qué no soy suficiente para el o qué fue lo que hizo falta, me atacaba frecuentemente y eso no era nada sano, no era su culpa que yo me sintiera así, no era su culpa que el no estuviera enamorado de mi, simplemente la llama que hay en nuestros corazones a veces se enciende y a veces no, no podemos hacer nada para controlarlo, si pudieramos entonces jamás hubiera sufrido por amor, jamás hubiera escrito éstas líneas porque entonces al descubrir que el no estaba enamorado de mi simplemente hubiera apagado esa llama y seguir como si nada hubiera pasado, seguir sin darle importancia a que tocar su piel o tocar sus labios causó algo en mí en algún momento.

El último día que le vi y que le informé de mi decisión de que quería que tomáramos distancia fue un día muy complicado para mí, en ese día se combinaron muchas cosas, la tristeza de saber que no le volvería a ver, una canción que es de mis favoritas en uno de mis lugares favoritos para fotografiar y él presente en ese momento terminaron por derrumbarme, esa noche lloré mucho de camino a casa, y en casa lloré hasta quedar dormido, dormí con la ídea en la cabeza de que al siguiente día me sentiría al, muy mal.

Para mi sorpresa, al despertar no me sentí triste, fue como si las lágrimas hubieran limpiado mi alma y se hubieran llevado con ellas el dolor, claro que le extraño, extraño nuestras pláticas que eran todo el día todos los días, extraño sus chistes, extraño verle, extraño saber cómo fue su día, cómo se la pasó en navidad y año nuevo, aunque sabía que yo era el que le había dicho que tomáramos distancia, una parte de mi moría de ganas de recibir un mensaje de su parte deseándome bonita Navidad o unas palabras de año nuevo, sentí feo no recibirlos pero lo comprendía, lo sigo queriendo como hace unos meses comencé a hacerlo, simplemente ya no dejo que eso consuma mucha de mi energía.
En el transcurso de estos días me he puesto a pensar que tal vez no soy el mejor hombre del mundo pero soy lo mejor que puedo ser hasta ahora y prueba de ello es que soy un ejemplo a seguir para mis amigos, para mis alumnos, soy una persona a la cual admiran y muchas veces soy la fuente de inspiración para que ellos tomen algunas decisiones, soy una buena persona, con buenos sentimientos y buenas intenciones para con los que me rodean, por ellos y principalmente por mi, no puedo darme el lujo de hundirme en la tristeza.

Ahora sonrío, no porque ya no le quiera o ya no lo extrañe, sonrío porque con esto pude darme cuenta que soy una persona que a pesar de las malas jugadas que le ha hecho el amor, ya sea con familiares, con amigos, con personas de las que me he enamorado, no me cierro al amor y me permito sentir las cosas, soy una persona que sigue siendo fiel a sus ideales de ser sincero y decir las cosas que uno piensa y siente, sigo siendo una persona que no anda con esos juegos de poder del "si tu no me buscas yo no te busco", del "te voy a tratar mal para que tengas más interés en mi", yo soy de las personas que si te quiero te lo digo y te lo demuestro porque si quieres a alguien lo que menos deseas es que esa persona sufra, sigo siendo ese hombre que llora con una canción o con una película, que se sigue emocionando con pequeños detalles de la vida y sobre todo que decide alejarse de lugares que dañan porque yo soy un amante de la vida y no puedo darme el lujo de perder el tiempo sufriendo, vine a esta vida a disfrutar de las maravillas que ésta tiene.

Gracias por leerme.
Antonio Rosales.